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jueves, 2 de mayo de 2019
El abogado amenazado
Un abogado de Toledo, en representación del investigador Alberto Canosa, acudió al Ayuntamiento, simplemente para solicitar unas informaciones y llevar a cabo unas gestiones rutinarias. Allí el letrado fué forzado a renunciar bajo amedrentamiento y amenaza para abandonar el caso y no interesarse nunca más por la Cueva de Hércules...
Escándalo en Toledo
Las denegaciones de permisos oficiales y falta de comunicación y colaboración por parte de la Administración de Toledo fueron siempre una constante hacia el investigador Alberto Canosa, en relación a sus investigaciones y descubrimientos en cuanto a La Cueva de Hércules.
El panorama siempre se mostró desalentador y hostil por parte de las autoridades, que no querían que nadie investigase el asunto de La Cueva de Hércules. Para descubrir y sacar a la luz pública La Cueva de Hércules, tal como su descubridor solicitaba oficialmente a la Administración, el Ayuntamiento de Toledo, atendiendo a la petición del sr. Canosa, llegó organizar 2 Comisiones para encontrar en la Cueva de Hércules:
1.- La Comisión que nunca existió.
Las autoridades arqueológicas de Toledo se comprometen con el descubridor a hacer una Expedición hasta la Cueva de Hércules. Lástima que nunca se llevó a cabo.
2.- La Comisión Secreta. El poder consistorial esta vez sí llevó a cabo una Expedición a La Cueva de Hércules, desde la Entrada que existe en el Callejón de San Ginés. Pero se les olvidó un pequeño detalle: no invitaron a nadie a la Excursión y no informaron a ningún medio de comunicación.
1.- La Comisión que nunca existió
Alberto Canosa se reunió en una de las ocasiones con las autoridades arqueológicas de Toledo y Castilla la Mancha, Canosa explica sus investigaciones y descubrimientos a las autoridades arqueológicas, indicándoles que allí mismo, en el lugar a donde les lleva, se encuentra la Entrada hacia la Cueva de Hércules.
Así lo cuenta el propio Alberto Canosa:
-"Decidí ir yo personalmente a Toledo y mostrar la Entrada de la Cueva de Hércules a los responsables arqueólogos para que lo hiciesen público y así fue, se lo expliqué y se lo enseñé a los arqueólogos de Toledo, el señor Ramón Villa y esposa y al señor Alfonso Caballero, los cuales me prometieron formar para el mes de febrero una Comisión y entrar en la cueva de Hércules y catalogarlo todo, y naturalmente, respetar mis derechos de descubridor.
Enseguida me enviaron cartas de felicitación de parte de miembros del Gobierno de Castilla la Mancha así como del Presidente de la Comunidad de Castilla La Mancha, José Bono, y de otros miembros del Gabinete, Agencia EFE, etc....
Pero desgraciadamente, desde que se despidieron los reunidos en aquél encuentro, Alberto Canosa nunca jamás ha vuelto a recibir ningún tipo de llamada, ni comunicado ni correo ni mensaje de tipo alguno. Cabe pensar que para lo único que friamente fueron a la cita aquellas autoridades fué para saber qué información tenía el sr. Canosa y qué lugares les mostraba.
Y el mismo silencio sepulcral se produce, si nó una contestación de amenazas sancionadoras y coercitivas, en el caso en que Canosa dirija un escrito a cualquiera de estas instancias oficiales. Nunca más se supo de aquello. Y así hasta hoy.
2.- La Expedición secreta del Consistorio
Alberto Canosa había venido Informando a las autoridades locales de Toledo de que se podía llegar hasta la Cueva de Hércules, desde el túnel que parte de la casa ubicada en el Callejón de San Ginés nº3.
Todas las actuaciones de este investigador, sus investigaciones y descubrimientos, siempre fueron sinceras, legales, y comunicadas a las autoridades, pues siempre, en todo momento y desde el principio, intentó contar con el favor y colaboración de las autoridades.
Pero rápidamente esa casa fué comprada por el Ayuntamiento - Consorcio de Toledo, en una extraña gestión inmobiliaria, llena de puntos oscuros. Una vez controlada, por el poder local, la gestión de compra de la vivienda que contiene la puerta hacia el gran tesoro, a continuación se lleva a cabo una Expedición consistorial hacia La Cueva de Hércules, internándose precisamente desde esta antigua vivienda de la familia Blanco, Callejón de San Ginés 3.
El investigador, Canosa, temiéndose en cualquier momento una incursión secreta, había implorado ayuda y protección a la Defensora del Pueblo de Castilla-La Mancha, la Sra. María Henar Merino Senovilla, para que cuando se internasen hacia la Cueva, por cualquiera de sus Entradas, fuese avisado también, a fin de formar parte de la Exploración, pues quiere dejar constancia de ello de manera oficial, dejando también testigos oficiales.
Desea estar en persona en cualquier operación de internamiento hacia la Cueva de Hércules, como derecho natural y adquirido por ser el investigador original y principal, y de hecho, es el descubridor de la existencia de este recinto sagrado, pues nadie excepto Alberto Canosa afirma y sostiene que la Cueva de Hércules no es una leyenda sino una realidad física, material, y palpable, y todavía la gente, los historiadores, arqueólogos, etc... se ríen y se burlan cuando escuchan decir al investigador Alberto Canosa que la Cueva existe; ha dicho en dónde está, debajo justamente de la Cripta de la Catedral de Toledo; y dónde está la Entrada física y real.
Se puede decir, en cierta forma, que ya está descubierta, en cuanto que sabemos dónde está y por dónde se entra, gracias a la perfecta interpretación que el investigador Canosa ha aportado acerca de la ubicación del lugar. Ahora lo único que quiere y por lo que ha luchado Canosa es que se Abra públicamente La Cueva de Hércules, y es ahí en donde está el freno, pues hay unos intereses para ocultarla.
Por todo ello, por tener más conocimiento de causa que nadie, y conociendo muchos más detalles que rodean este descubrimiento, Canosa quería comprobar todo con sus propios ojos, pues no se fía de nadie ni de informe ajeno alguno, tenga un sello oficial o no, si no cuentan con su presencia, o bien y mejor todavía que se haga la Apertura de la Cueva públicamente, con luz y taquígrafos, con fotógrafos y periodistas independientes de todos los medios de comunicación.
La Defensora del Pueblo recibe la comunicación oficial del Consistorio y Consejería de Cultura de que se comprometen a avisar oportuna y expresamente al sr. Canosa cuando tuviere lugar la operación de internamiento, sin que ello supusiera problema alguno.
Sin embargo, se lleva a cabo una Expedición del poder municipal desde San Ginés, sin que Alberto Canosa sea avisado por ningún medio ni por ninguna de las maneras, a espaldas del descubridor que les informó acerca del túnel y de la vivienda en cuestión.
Una expedición ésta que también está desprovista de cualesquiera otros testigos libres o independientes, que no sean los del poder municipal. Todo ha quedado en manos del Consistorio, el cual se muestra celoso y reservado; la única información que se dá está en un cartel de la puerta de la vivienda de San Ginés 3, que dice lo siguiente:
"Prohibida la entrada a toda persona ajena".
Fué una Expedición secreta o clandestina, por cuanto que el descubridor legítimo, Alberto Canosa, que representa en este momento a cualquier persona normal que no pertenece al poder, no fué avisado ni invitado a acompañar a la Comisión. Para los organizadores del grupo, no interesaba que se entrometiera ninguna persona ajena, ni mucho menos un "molestón".
Tampoco asistieron a la Expedición Consistorial periodistas ni fotógrafos de ningún medio de comunicación. Nadie en absoluto había sido invitado a internarse por el túnel que lleva desde el Callejón de San Ginés hasta La Cueva de Hércules.
Las ruedas de prensa posteriores, Exposiciones fotográficas, conferencias, informes, etc....de esa Comisión Consistorial tras la Incursión fueron también nulas e inexistentes. Ni se publicitó en los medios de comunicación aquella Expedición hacia La Cueva de Hércules ni se publicitaron tampoco sus resultados. Todo lo cual convierte a esta Expedición Consistorial en un suceso verdaderamente extraño y silenciado.
Y sucedió por contra todo lo contrario. En vez de abrirse una ventana de información y claridad tras la exploración, llegó el silencio oficial absoluto sobre aquella expedición, y la única valoración de los exploradores comisionados, que se conoce, hacia los medios de comunicación fué:
- "No hemos visto nada"....
Tampoco mencionó nadie de la Expedición ni sus responsables, en ningún momento, el nombre del investigador Alberto Canosa, absolutamente para nada, cuando en la realidad había sido el originador real y el artífice genuino de toda la investigación.
Y por supuesto ahí queda en evidencia y en vergüenza el trato dispensado a la respetable instancia de la Defensora del Pueblo, absolutamente despreciada, ya que no se respetaron los compromisos adquiridos con esta Institución.
¿Qué ocurrió realmente durante esta Expedición Secreta? ¿Dónde están todos los documentos clasificados? porque nadie los ha visto. ¿Dónde están las filmaciones, los informes de esa Incursión Silenciosa? ¿Quienes exactamente formaron parte de esa misión? ¿Participó algún miembro del Vaticano? ¿Participó algún miembro del CNI, Centro Nacional de Inteligencia Español? Las incógnitas se suceden sin explicación.
Alberto Canosa delante de la Cripta de la Catedral de Toledo
Complot espectacular en Toledo
¿Alguien entiende algo de todo este absurdo? Porque sucedió todo lo contrario a lo que hubiera sido lo lógico. En vez de que esa Expedición hubiera servido para informar a la opinión pública acerca del Patrimonio de Toledo, hacer publicidad para promocionar el interés y el turismo en la ciudad, por el contrario sirvió para tapar más y silenciar más todo el asunto misterioso del Patrimonio Secreto de Toledo: La Cueva de Hércules.
Juzgue usted mismo, apreciado lector, quién quiere promover la Apertura Pública de la Cueva de Hércules, con luz y taquígrafos, con periodistas y fotógrafos, y quién se dedica a colocar carteles de "Prohibido el Paso a toda persona ajena" y quién pone mil obstáculos e impedimentos a quien se interese por este recinto o quiera solicitar algún permiso oficial.
Evidentemente, las autoridades de Toledo dirán que no tienen nada que esconder, y que todo lo han hecho siempre de forma clara y legal. Si esto es verdad, entonces no deberían tener inconveniente alguno en que entre una Comisión independiente de personas, entre las que figuren periodistas, y por supuesto, el investigador Alberto Canosa, por el subterráneo del Callejón de San Ginés. ¡Ah, claro, eso ya no interesa!...
¿No decían que todas las actuaciones y gestiones habían sido claras?.... Pues entonces ¿Por qué está la puerta del nº 3 cerrada a cal y canto y no se permite que nadie entre?... Todavía estamos esperando todos que digan la fecha para que pueda entrar una comisión independiente desvinculada del Ayuntamiento, con permiso judicial para abrir todas las galerías que han sido taponadas. (Desde los bajos de este Callejón parten varias galerías subterráneas, y una de ellas recorre 2 kilómetros de distancia hasta llegar a La Cueva de Hércules).
Y es que en Toledo hay formado un complot y un fraude colosal del que todavía no se han dado verdaderamente cuenta todos los vecinos, a los que se les viene tomando el pelo, sin respeto alguno ni consideración ninguna.
Por favor, Señores Jueces y Magistrados de Toledo y Castilla La Mancha, aparten la tutela de la Entrada de Hércules, en el Callejón de San Ginés, del poder del Consistorio, y ordenen una Orden de Registro en los Bajos de San Ginés, y manténgase todo ello bajo custodia y protección judicial.
Ni secretos vergonzosos de Estado, ni profecías supersticiosas, ni gaitas. No debe haber secretos para los vecinos de Toledo, queremos la verdad y que se pueda entrar por las Entradas de Hércules, y si la Profecía dice que cuando se entre en la Cueva de Hércules llega el fín de la Iglesia Católica, ¡como si se derriba el Islam!.... Procédase a dar una Orden judicial de Apertura Pública de La Cueva de Hércules.
Pues todos aquellos puestos y cargos que hoy tienen la responsabilidad de parar esta situación injusta y no lo hagan, mañana comparecerán y tendrán que dar explicaciones por colaboración con un delito de ocultamiento del Patrimonio de la Humanidad, y de un posible saqueo y expoliación de los bienes y tesoros patrimoniales de todos.
Operación "Censura Absoluta" en Toledo y en toda España
A la par que van ocurriendo todo este tipo de tropelías contra el sentido común, el interés por la cultura y arqueología, y contra la persona de Alberto Canosa, éste, amablemente, estuvo enviando varios paquetes de información, con documentos, planos, fotografías, etc... a la Agencia de noticias Efe Toledo; era la información que la Agencia de Noticias le había solicitado al investigador.
Junto con ello, Canosa recibe una llamada telefónica de parte de la periodista Maria del Mar, de la Agencia Efe Toledo, la cual le hace una entrevista de una hora de reloj, acerca de su descubrimiento de la Cueva de Hércules.
Pero sorprendentemente, hay un cambio repentino de planes: no se publica ni media palabra de nada que tenga que ver con la Cueva de Hércules ni con Alberto Canosa, pues en la agencia se han recibido instrucciones precisas. Y las instrucciones sólo vienen de "arriba".
Alberto Canosa se queda perplejo de que después de la entrevista que le ha hecho Efe y el envío solicitado de sus documentos todo quede en nada y se produzca un extraño silencio, el mismo silencio sepulcral que surge siempre que se escuchan las palabras "Cueva de Hércules".
Al dirigirse de nuevo el investigador hispano-alemán a la Agencia para interesarse por la situación del asunto solo recibe negativas pues en la Agencia Efe Toledo solo quieren quitárselo de en medio como sea, de acuerdo a las instrucciones recibidas.
Tan solo el investigador recibe un comunicado diciendo que la redactora María del Mar, la autora de la entrevista, se ha jubilado, así de buenas a primeras.
-¡Qué cosa más rara!... - se asombra Canosa - ¡han jubilado ya y de repente a esta chica, con lo joven que es!...
Pero, efectivamente, no era sino una mentira más de todas las que hacen la cadena del gran fraude que soporta la ciudad de Toledo, pues cuando el investigador le explica lo sucedido a la periodista Ester Velasco, presentadora de RTVCM de Toledo, ésta se pone en contacto con el Director de la Agencia Efe de noticias de Toledo, el cual le revela que a la periodista de Efe no la habían despedido, pero que le habían prohibido terminantemente hablar sobre ese tema de La Cueva de Hércules con cualquier persona, porque era un asunto peligroso, o de lo contrario la propia agencia tendría graves problemas.
De igual modo, se le había solicitado al investigador Alberto Canosa, desde el poder municipal y Consorcio de Toledo, todos los documentos que tuviera en su poder, no de supuestos asentamientos celtas, en los que nunca estuvo interesado el Consistorio, sino ¡¡acerca de sus investigaciones sobre la Cueva de Hércules!!.. Y que por favor los enviase a una dirección postal que le era indicada.
Las cartas municipales que solicitaban esas informaciones al investigador Canosa iban firmadas por el Jefe de Prensa, Manuel Aznárez y la Responsable de Comunicación, Verónica Aguilera."Que querían esa documentación para ayudarle en sus trabajos de investigación". Todo era una patraña, claro.
Desde el Ayuntamiento intentaron sonsacar todo lo que Alberto Canosa sabía, querían saber qué era exactamente lo que Canosa sabía, y quién más lo sabía. Por supuesto, una vez recibidos los paquetes con los preciados documentos nunca más se volvieron a poner en contacto con el sufrido investigador hispano-alemán Alberto Canosa.
Por si esto fuera poco las peticiones y escritos que Alberto Canosa dirige respetuosa y legalmente, exponiendo su interés en la tramitación de los permisos necesarios y ofreciendo su ayuda incondicional y desinteresada hacia las autoridades, son contestadas por parte de Antonio Moraleda Galán, director General de Bienes y Actividades Culturales de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla La Mancha, amenazando al investigador con acciones sancionadoras si desarrolla algún tipo de iniciativa sin permiso de esa dirección, negándosele siempre sistemáticamente desde esta instancia oficial y desde todas las demás cualquier tipo de permiso relacionado con la investigación y descubrimiento de la Cueva de Hércules.
La triste conclusión
Por todo lo cual se constata que los más de 20 años de su vida en los que el investigador Alberto Canosa ha pasado intentando relacionarse con las Administraciones, informando, suministrando documentos, planos, fotografías, etc..., reuniéndose con todo tipo de expertos y responsables, y habiendo formulado diligentemente las oportunas y correspondientes solicitudes de permisos a todas las instancias oficiales habidas y por haber, han sido completamente en vano. Al menos de cara a la Administración.
Para desarrollar alguna iniciativa arqueológica destinada al Descubrimiento de la Cueva de Hércules, "hace falta pedir permisos", eso dicen en la Administración, e insisten siempre machaconamente con la misma frase; como si simplemente hubiera que pasar por una oficina para que a uno le sellen y validen un permiso.
Dá la impresión, escuchando a los responsables toledanos de la Cultura, que a cualquiera que se acerque a una ventanilla le van a facilitar el permiso que solicite. Pues no. De eso nada. En absoluto.
Nunca se han dado permisos a ninguna persona normal, independiente, para investigar la Cueva de Hércules. Valga la triste experiencia de más de 20 años denegándosele los permisos y hasta la educación a Alberto Canosa. Nunca jamás darán ninguna clase de permiso absolutamente a nadie, así que pasen 20, 50, 100 o 1000 años.
A este hombre le han mareado desde los puestos de poder de Toledo. Le han enviado de una oficina de responsabilidad a otra, de un despacho a otro. Le han tomado el pelo, se han reído de él. Le han despreciado, le han ocultado información, le han mentido, le han amenazado con sanciones, con detenciones, etc.... y junto con Alberto Canosa, han mentido y ocultado toda la información acerca de la Cueva de Hércules a todos los vecinos de Toledo y a todos los españoles.
Por ello ha sido que Alberto Canosa ha recurrido a solicitar cualquier tipo de ayuda y amparo a todas las administraciones públicas e instancias oficiales, llegando a dirigirse finalmente hasta a los más altos cargos del país, altos cargos militares, miembros del Gobierno Español, y hasta al Presidente del Gobierno Español.
Y todas estas instancias oficiales, cuando no han participado del oscurantismo en este complot que hay en Toledo, han hecho oídos sordos al Descubrimiento de la Cueva de Hércules. Y así quedarán todas ellas retratadas en vergüenza para cuando llegue el día en que se descubra y salga a la luz pública este extraordinario descubrimiento.
El descubridor de la Cueva de Hércules contrata un abogado
Toda esta situación adversa e impresentable, hizo que Canosa se sintiera indefenso, pues veía que cada vez se le arrinconaba más y más, sin ninguna razón lógica ni merecida. Y así fué como el investigador hispano alemán, a finales del año 2003, se dirigió a un despacho de abogados, para intentar hacer valer sus derechos como ciudadano, investigador y descubridor.
En una callejuela céntrica toledana, según baja el paseo peatonal desde la Plaza de Zocodover hasta la Catedral, estaba el Despacho de abogados que Canosa eligió. El profesional en leyes que le escuchó fué el abogado Oscar Marín, el cual le prometió amablemente hacer cuanto pudiera estar de su mano.
Cumpliendo con su trabajo, el letrado acudió, más adelante, al Consistorio, para informarse simplemente acerca de las gestiones de los permisos para los trabajos arqueológicos, y por qué éstos nunca se terminaban de conceder, y de igual manera para tratar el asunto de los derechos de descubridor, así como todos los asuntos relacionados que fueran de interés.
La reunión se convirtió en un encuentro desagradable para el abogado, el cual, una vez que fué amedrentado por el Alcalde Jose Manuel Molina, y su Jefe de Prensa, Manuel Aznárez, fué forzado para que renunciase del caso, y obligado a juramentar, acaso a la extraña manera de las sectas, pues si insistía en atender a su defendido, le arruinarían la vida, a él o a cualquier abogado que se interesase o defendiese la Cueva de Hércules.
Se intentó persuadir también al abogado de que el investigador Alberto Canosa era una persona muy peligrosa, y que en tanto en cuanto tuviera tratos con él, ¡¡su vida corría peligro!!...En verdad que es increíble que en un país libre y democrático de derecho como es España se coarten y vulneren los derechos constitucionales y las libertades fundamentales de las personas, y más todavía que se amenaze así de este modo a todo un respetable letrado del Derecho.
Esta es la carta de renuncia que el letrado sr. Oscar Marín, aterrorizado, se vió obligado a escribir, a su defendido y cliente, Alberto Canosa:
Oscar Luis Marín Salvador
Abogado
Cuesta de los Pajaritos, nº 8, 2º,
45001 Toledo
Tfno y Fax: 925 22 22 57
Email: oscarlu@inicia.es
Estimado Sr. Canosa:
Lamentablemente le comunico que desgraciadamente no voy a poder seguir con su caso, por lo que le voy a comentar.
Esta mañana me he dirigido al Ayuntamiento de Toledo al objeto de obtener alguna información sobre el caso y que me pusieran en antecedentes sobre todo lo que rodea a la Cueva de Hércules, y sus descubrimientos, así como de la posibilidad de obtener los derechos de descubridor en su persona, e incluso de obtener una licencia para excavar en dichos lugares al efecto.
Lógicamente en el transcurso de la conversación le he contado todo lo que Ud. me ha relatado, le he dado su nombre, e inmediatamente al oirlo, el funcionario ha llamado por teléfono, y cuál es mi sorpresa, cuando unos minutos más tarde me han pasado a otro despacho, y quién cree que se encontraba allí, ni más ni menos que el propio Alcalde de Toledo, el Sr. Jose Manuel Molina, junto a su Jefe de Prensa.
Pues bien, tras un efusivo apretón de manos, sus semblantes se tornaron serios, explicándome que Ud. era un loco peligroso, que corro peligro, y que les ha llevado de cabeza con sus exploraciones y descubrimientos, y que dentro de tales lugares no hay nada sino tierra, hierba y algunos restos de asentamientos celtas.
Yo les he comentado nuestras comunicaciones, y tras ello me han advertido de que de seguir con tales investigaciones, el propio Alcalde haría que el Colegio de Abogados me sancionara abriéndome un expediente por colaborar con alguien que va en contra de los intereses históricos de Toledo, y que no permitirían ni a mí ni a ninguno de mis colaboradores recoger ningún dato de ninguna clase ni información alguna al respecto. Y es más, me han obligado a darles mi palabra de honor de que no colaboraría con Ud. más.
Verá Ud., Sr. Canosa, todo lo que ha pasado es muy raro. No sé lo que ocurre pero es muy extraño que un asunto como éste haya levantado de la mesa de su despacho al propio Alcalde de Toledo y su Jefe de Prensa, pero yo tengo miedo.
No me encuentro cómodo y no quiero que este asunto acabe con mi carrera como abogado. Toledo es muy poco, todos nos conocemos, y no me atrevo a seguir adelante con esto.
Lo siento, Sr. Canosa, pero tengo miedo. No me gusta nada esto. No quiero el dinero, prefiero estar tranquilo, y no tener problemas. Es por ello, que no se moleste en enviarme documentos ni dinero.
Espero que lo comprenda. Tengo miedo. Suyo afectísimo:
Oscar Luis Marín Salvador.
Alberto Canosa & Fran Garcia
(Artículo escrito el 10 de Noviembre de 2006)
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